Habíamos dicho NUNCA MÁS

POR FERNANDO KORSTANJE*

Un resumen de los graves señalamientos del Comité Nacional de Prevención de la Tortura sobre la situación carcelaria y policial en Tucumán, dedicado a los que nacieron y vivieron toda su vida en un estado de derecho.
Derechos humanos, dictadura y democracia

En los 80 se reivindicaba a los desaparecidos, pero no a los muertos. Así era. Si había un cadáver abandonado en una morgue o recuperado por la familia, entonces “no era una buena víctima de la dictadura” porque a lo mejor andaba en la lucha armada. Y el contexto no permitía ni discutir esa opción.

Todos éramos pacifistas: los jóvenes novatos y los aguerridos sobrevivientes de los 70. Las listas eran DE DESAPARECIDOS. Los casos que desgarraban a la sociedad eran los de quienes habían sido secuestrados en calzoncillos de sus casas a las 4 de la mañana, eran buenos estudiantes, buenos padres, jóvenes, ella estaba embarazada y militaban en alguna organización insospechada de ejercer violencia.

Luego supimos que todos estaban muertos, que habían sido torturados y asesinados. Los niños apropiados. Mezclamos a todos y reivindicamos sus militancias. Entendimos que no puede el Estado matar de manera ilegal y clandestina. Los delitos de secuestro masivo, tortura, violación y muerte cometidos por el Estado son crímenes de lesa humanidad. No es ético ni pertinente preguntar en qué andaba la víctima. Siempre es más grave el crimen cometido por el Estado. Por eso la teoría de los dos demonios es una gran canallada.

Y así pasamos del Juicio “a las Juntas” a los juicios de lesa humanidad.

Piso de derechos

Los derechos humanos no son un premio al buen comportamiento. Son un piso de derechos para todos los seres humanos: los buenos y los malos. Nada más abominable que las frases que intentan justificar lo injustificable: “algo habrán hecho”, “por algo será”, “derechos humanos para los humanos derechos”.

Los presos comunes tienen mala prensa. Son pobres, muchos son adictos, la mayoría cometió delitos menores, pero algunos cometieron delitos gravísimos. Pero si como sociedad pudimos reclamar justicia y juzgamos a los genocidas; si somos un ejemplo de juicios justos y cárcel digna para esos hijos de puta: ¿por qué somos indiferentes ante un ladrón de celulares condenado y reducido, que es torturado, asesinado o dejado morir?

Que ahora exista estado de derecho debería agraviarnos más, no menos. Son torturas disfrazadas de legalidad. Son crímenes de Estado exhibidos obscenamente como logros de seguridad. El preso construido por los medios y el poder judicial “no es una buena víctima de la democracia”. El preso pobre es el equivalente de aquellos muertos de la dictadura. “Algo habrán hecho”.

Cárceles, comisarías y barrios

El mundo firmó una Convención contra la Tortura para juzgar torturadores. Pero como la tortura ya estaba consumada, firmaron luego un anexo: el OPCAT: “Protocolo facultativo para la prevención de la tortura y otros tratos o penas, crueles, inhumanos o degradantes”. Tres cosas importantes sobre esto:

  1. Para que haya tortura debe haber intervención estatal.
  2. Se previene con inspecciones sorpresivas a lugares de encierro.
  3. Incluye penas legales que sean crueles o degradantes.

En Tucumán, la atención del mecanismo de prevención pasó:

  • De las cárceles a las comisarías, por el desastre humanitario.
  • De las comisarías a las calles: operativos tipo razzias levantando pobres, trapitos, adictos, jóvenes.
  • De las calles al interior de las casas: robo, golpizas, coimas y niños encañonados.
  • Y ahora nuevamente a las cárceles: se construyeron edificios diseñados para torturar, y se diseñó un régimen de aislamiento. Son campos de aniquilamiento.

Tucumán bajo observación nacional

Entre junio de 2024 y enero de 2025, el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura visitó Tucumán. Lo que encontró fue grave: hacinamiento extremo, colchones húmedos por aguas servidas, mujeres detenidas en pasillos, personas durmiendo bajo plásticos. Condiciones equiparables a prácticas de tortura.

Tortura institucionalizada

En la Unidad 9, los detenidos pasan 23 horas en celdas sin luz ni ventilación. Algunos han muerto. En 2024 hubo al menos 8 muertes bajo custodia policial y 9 en cárceles, muchas sin causa informada. Tucumán tiene una de las tasas de mortalidad más altas del país.

La arquitectura de la crueldad

El traslado a Benjamín Paz y Delfín Gallo trajo nuevos abusos. Mujeres viendo a sus hijos a través de un vidrio. Golpes, gas pimienta, sogas, obligados a cantar himnos o leer la Biblia. Al ingresar, la “bienvenida”: desnudos, golpeados, sumergidos en tachos, electrocutados. Una política de aislamiento donde están prohibidos los libros, el papel, la foto de los hijos.

Obstaculización y denuncia penal

Las autoridades siguen bloqueando el funcionamiento del Mecanismo Local de Prevención. No se integra ni se financia. En julio de 2024 fui golpeado por la policía en una inspección. En enero, se impidió el ingreso del CNPT y del Mecanismo Local a las nuevas cárceles. Se presentó denuncia penal federal por violación de la ley 26.827.

40 años después

Se cumplen 40 años del Informe de la Comisión Bicameral sobre los crímenes de la dictadura. El Nunca Más fue un acuerdo social: el Estado no tortura, no desaparece, no mata. Hoy, es el Estado democrático el que lo hace, con presupuesto, con leyes, con legitimidad electoral.

Aquel orgullo de país fue pisoteado primero por un gobierno que hablaba del “curro de los derechos humanos”. Y luego por éste, que cierra el Ministerio de la Mujer, el INADI, el INAI, nos prohíbe el derecho a la protesta y apalea todos los miércoles a los jubilados.

El preso común es el último eslabón de esa represión. O era, porque ahora vienen por los niños y la baja en la edad de punibilidad a los 14 años.

Carta abierta desde Tucumán

Las mujeres de REVIVE, familiares de personas torturadas, escribieron una carta abierta a la Comunidad Internacional. Piden auxilio. Denuncian lo que pasa en las cárceles, comisarías y barrios. Dicen lo que nosotros no queremos ver ni escuchar.

A la comunidad académica

Como docentes, estudiantes e investigadores de la Facultad de Filosofía y Letras, no podemos ser neutrales. El informe del Comité Nacional no es técnico. Es un documento que duele. Que debería estremecernos. Que exige ser leído junto al informe de la Comisión Bicameral, el Nunca Más y la maravillosa obra de Griselda Barale: “El Horror que Persiste”.

Invitamos a leer el informe completo del CNPT y a acompañar el reclamo de las mujeres organizadas contra la tortura.
Porque el NUNCA MÁS no es un recuerdo: es un compromiso vigente.

*Fernando Korstanje es Comisionado en representación de las ONG en la Comisión de Prevención de la Tortura. Es docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Tucumán

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