¿Nos invaden? Una mirada sobre los espacios compartidos en la UNT

POR LUCÍA ROSALES & JUUL DÍAZ

“¿No les parece que nos invaden?” La frase aparece en tono de broma cuando, en los patios o merenderos de Filosofía y Letras, los estudiantes reconocen que cada vez son más los de Educación Física que eligen ese predio para venir a esta facultad a pasar el rato entre clases. Pero la supuesta “invasión” no es tal: la universidad es pública, abierta y compartida. La verdadera pregunta es otra: ¿qué encuentran los estudiantes de una facultad en otra?

Filosofía: la facultad de los merenderos

Un relevamiento realizado en el predio de Filosofía y Letras muestra la magnitud de la infraestructura disponible. Solo en esa facultad hay 61 merenderos distribuidos entre la fotocopiadora, el Anfiteatro Prebisch, la entrada, los comedores y otros rincones escondidos. Si se suman los puntos estudiantiles, el food truck de Psicología y el comedor universitario, el total asciende a 120 espacios de permanencia.

El comedor del predio, dependiente de la Secretaría de Bienestar de la UNT, ofrece un menú estudiantil a $1600, accesible no solo a los alumnos de Filo sino también a todos los alumnos de la UNT, aunque no cursen en el predio. 

Psicología y Odontología: infraestructura intermedia

Si agregamos a la cuenta además los espacios de Psicología, se contabilizan cerca de 148 espacios de permanencia (entre merenderos, banquitos y comedor). En Odontología, la oferta es más limitada: cuentan con 6 merenderos y 24 mesas en el bar, con un menú que cuesta $6000. Aunque existe un sistema de becas (12 menús gratuitos) y descuentos del 10% para alumnos de Psicología, Filosofía y Educación Física, el costo marca una diferencia notable respecto al comedor del predio.

Educación Física: gradas y precios altos

En la Facultad de Educación Física (Facdef), ubicada  frente a Filosofía, cruzando la avenida, la situación es distinta. Allí hay 15 merenderos, algunos deteriorados, más gradas, sillas y un comedor con 13 mesas. El bar ofrece menú estudiantil a $5000. Si bien cuentan con servicios como wifi gratuito y cuatro microondas, el costo de la comida es mucho más alto y el menú está restringido a los alumnos de esa facultad.

El contraste que explica la circulación

Con estos datos, la “invasión” a Filo se explica sola: la infraestructura es más amplia, más cómoda y más barata. Los merenderos abundan, el comedor ofrece un precio mucho más accesible y el predio en general invita a quedarse. Frente a eso, los estudiantes de Educación Física encuentran en Filosofía y Letras lo que su propia facultad no les garantiza en la misma medida.

Un síntoma de desigualdad, no un problema

La situación demuestra cómo la infraestructura universitaria incide directamente en la experiencia estudiantil y cómo las desigualdades dentro de un mismo predio empujan a los estudiantes a buscar espacios más habitables.

Al final, la pregunta no es si los de Educación Física “invaden” Filosofía, sino por qué tienen que hacerlo.

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